La Iglesia de San Bernabé Apostol es, sin duda, uno de los edificios más icónicos de El Escorial. Si preguntáramos a cualquier vecino o visitante por el edificio más representativo de la villa, a buen seguro, sería uno de ellos junto a otros como el Monasterio de Prestado o la Casa Miñana, pero lo que es cierto es que es difícil que cualquier retrato de El Escorial que se precie no incluya los imponentes chapiteles que hacen tan inconfundible a esta representativa edificación.

No en vano, ya señalaba mucho tiempo atrás el Padre Sigüenza el impacto que causaba su imponente figura a los sentidos cuando decía aquello de que “desde la celda del Prior parece de plata”.

Historia de la antigua Iglesia de El Escorial

La Iglesia de El Escorial, o la Iglesia de San Bernabé Apostol, no fue siempre el bello y esbelto edificio herreriano al que hoy estamos acostumbrados vecinos y visitantes. Con anterioridad a 1595, otro edificio de estilo románico ocupó su lugar. Una iglesia más oscura, de mampostería, con tres naves y tres altares que en su momento llegó a ser descrito por Fray Miguel de Santa María como “la bárbara antigualla”.

Desde la demolición de la antigua Iglesia a la construcción de la nueva, se suceden distintos hechos, y recelos, según parece, por parte de los vecinos de la villa que, además de una historia en común con el edificio, contaban con familiares sepultados bajo el solado del edificio. Pero es ya historia que la antigua iglesia habría de desaparecer.

Felipe II y el futuro del edificio

Parece que el Rey Felipe II ordenó construir al principio una tribuna en el viejo edificio desde la que siguió los oficios. Pero además pidió tanto que la iglesia fuera elevada al rango de Parroquia (petición que atiende Pio IV a través de una bula, según recoge una Breve reseña de la Parroquia de San Bernabe Apostol editada en 2005 por la propia parroquia) que desencadena la desmembración, en 1563, de la iglesia de Colmenar del Arroyo, de la que era aneja. Más tarde, en 1585, pasaría a tener la consideración de “Diócesis Nullius” pasando a someterse a la jurisdicción del Prior del Monasterio.

En cualquier caso, una cédula de 1593 autorizaría la edificación de la nueva iglesia de San Bernabé Apostol, a expensas del monarca, y bajo las órdenes del arquitecto Francisco de Mora, que contaba con el aval de ser discípulo del propio Juan de Herrera.

Otros de los motivos para erigir el nuevo templo pasaban por el deseo, según parece, del monarca Felipe II de trasladar a la Virgen, patrona de El Escorial, la Virgen de La Herrería, a una nueva ubicación dentro del pueblo. Desde 1595, la Virgen de La Herrería cuenta con una capilla donde es venerada su imagen.

La nueva iglesia de San Bernabé Apostol de El Escorial

El Alcalde Mayor, representando a parte de los vecinos -o de los monjes jerónimos según investigaciones más recientes de las que se hace eco el documento citado anteriormente- y al propio Prior del Monasterio que pedían un templo ejemplar en una petición, hacen que Felipe II modifique su orden de construir una ermita y pide que se construya una nueva iglesia en la que una capilla se dedique a la Virgen de la Herrería.

La obras se parcelan para su ejecución confiándose a profesionales que ya habían demostrado su valía en las tareas de construcción del Monasterio de El Escorial: la parte del mediodía correrá a cargo de Yuste González, Miguel Sánchez y Juan Aguado. La del cierzo se encomienda a los canteros Pedro del Campo y Bartolomé Elorriaga.

Las obras de construcción fueron rápidas: comenzaron el 1 de enero de 1594 con las tareas de cimentación y para noviembre del mismo año las tareas de albañilería habrían concluido. La carpintería se encargaría a Andrés de León ese mismo mes de noviembre, mientras que el ladrillo y la teja correrían a cargo de Pedro Alonso. El tejado se pone en marcha en enero de 1595, y por parte de Juan Gómez se hace el cuadro del retablo principal. Además, las bolas de los capiteles de la iglesia incorporarán 1040 panes de oro en su revestimiento antes de la inauguración del templo, que tuvo lugar el 21 de septiembre de 1595 con la bendición del Obispo de Segovia.

La obra total de la Iglesia de San Bernabé Aostol ascendería a 60.000 ducados.

Fachada de la Iglesia de San Bernabé Apostol en El Escorial

Fachada de la Iglesia de San Bernabé Apostol en El Escorial.

Cómo es la Iglesia de San Bernabé Apostol en El Escorial

La Iglesia de San Bernabé de El Escorial cuenta con una planta rectangular de 42 metros de largo, 15 de ancho y 15 de alto diseñada por Francisco de Mora que representa a la perfección el estilo arquitectónico herreriano y el estilo contrarreformista posterior al Concilio de Trento, tal como subrayan su sobriedad y austero diseño, desornamentado como respuesta al protestantismo.

Con una sola nave, gracias a sus contrafuertes, la iglesia cuenta con distintas capillas laterales (cinco en el lateral norte y cuatro en el del mediodía), recurso ya empleado en otras obras de Juan de Herrera, aunque en esta ocasión sin recurrir al crucero sino a una gran bóveda de cañón.

Doce ventanas laterales sobre cornisa se suceden para dejar que la luz penetre en el interior de la nave.

La fachada principal, por su parte, combina torres y frontón dejando que la simplicidad y serenidad de la imponente sillería sean la nota más destacable del edificio que bebe de distintos estilos: del herreriano, con sus muros de granito y tejados de pizarra (rematados por los característicos chapiteles tan populares y distintivos del estilo arquitectónico); de las influencias de Palladio y de las iglesias germánicas.

La Iglesia de San Bernabé Apostol de El Escorial, un bien protegido

Desde 1983, la iglesia de San Bernabé Apostol cuenta con la distinción de Bien de Interés Cultural (BIC). Asimismo, es parte del Territorio Histórico «El Escorial: Monasterio, Sitio y Entorno Natural y Cultural«, figura legal aprobada en 2006 por la Comunidad de Madrid, para la protección de las fincas y enclaves del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial.

En cualquier caso, y aunque en otra entrada nos encargaremos del interior del templo, sin duda lo que vale la pena es visitar in situ este icónico monumento, al que se puede acceder en transporte público -está ubicado cerca de la estación de tren y de distintas paradas de autobús- ya vengas desde Madrid o de otro sitio fuera de la Villa de El Escorial. ¡Que la disfrutes!