,En no pocas ocasiones, los auténticos tesoros pueden pasar desapercibidos si nos limitamos a recorrer los lugares más céntricos y turísticos de los lugares que visitamos. El caso del Restaurante El Paseo, en El Escorial, es un buen ejemplo de ello.
Y no porque la ubicación sea mala -todo lo contrario-, pero el hecho de no disponer de acceso directo para vehículos a pie de puerta contribuye tanto a que los comensales que se acercan hasta el Restaurante El Paseo disfruten de una comida relajada, alejados del ajetreo y ruido del tráfico, como a que permanezca relativamente escondido.
Cómo llegar al Restaurante El Paseo
Llegar hasta el Restaurante El Paseo en vehículo privado es posible. Aunque su entrada está situada en un área peatonal, es posible encontrar algún aparcamiento en las calles aledañas al establecimiento y caminar hasta él. Asimismo, y como apenas dista 800 metros aproximadamente de la estación de Cercanías de El Escorial, el tren puede ser una buena opción para aquellos que se acerquen al municipio en transporte público. Del mismo modo, muy cerca del mismo, en la Avenida de los Reyes Católicos, tienen parada las líneas 640, 661, 667 y L1 de los autobuses de Alsa.
Pero vamos con la ubicación propiamente dicha. El Restaurante El Paseo está ubicado en Paseo del Álamo 26 de El Escorial, muy cerca del límite entre ambos municipios serranos. El local recibe a los visitantes frente a los imponentes muros de piedra que delimitan el recinto de la Casita del Príncipe y ante la generosa sombra que proyecta la arboleda circundante sobre su fachada.
Desde fuera, ciertamente, el local no es especialmente llamativo, pero lo mejor, sin duda, se encuentra en el interior. En él encontramos diversas estancias una vez avanzamos por el recibidor del local tras superar la zona de terraza y un espacio cubierto pensado para el ocio de los comensales más pequeños y que cuenta, entre otros juegos, con futbolín.
Al frente encontramos un salón con barra, y a la izquierda otro comedor, el más amplio y luminoso, que a su vez da acceso a un salón con una atmósfera algo más íntima y bodega a la vista.
Qué comer en el Restaurante El Paseo de El Escorial
El Restaurante El Paseo ofrece cocina mediterránea, de mercado, con guiños creativos y una buena presentación para un producto de calidad. La carta cambia en función de la temporada y, al menos el fin de semana, ofrece un menú muy recomendable que probamos en nuestra visita. Además, tiene una buena carta de vinos más allá de las referencias presentadas en la carta principal con precios correctos. Cierra los lunes para descanso de su personal.
¡Una experiencia para repetir!que Como decimos, el menú por el que optamos, de 35 euros -no incluye vino- nos pareció una opción ideal para probar la cocina del restaurante: cuatro primeros platos para compartir (creo que no nos dejamos ninguno), un plato principal por comensal y postre para disfrutar de la propuesta de El Paseo. Pero antes de comenzar, disfrutamos del aperitivo del día: pastel de pescado -tipo cabracho-, muy apetitoso.
Los entrantes -nos va a resultar difícil reproducir los nombres concretos de cada plato- fueron: croquetas de marisco, cecina (espectacular) con orégano y aove, pastel templado de puerros y gambas con mahonesa y wakame y nidos de morcilla sobre una salsa de pimientos. Los primeros: corvina salvaje -un buen lomo- sobre arroz negro, risotto de boletus y queso y, como no, un buen entrecot de carne roja en su punto.
Para terminar, cómo no, los postres, a los que dos de los cuatro comensales “no llegamos” después de una copiosa comida. Los que no perdonan el momento dulce disfrutaron de una apetitosa tarta de zanahoria y una crema de yogur con mango del menú. En la carta, otras especialidades dulces (natillas, flan de crema de orujo, tarta de manzana y de queso…) aguardan a los más golosos. Cafés y mignardises (otro detalle) pusieron el punto y final a una visita que no tardaremos en repetir.
No obstante, en la carta se pueden encontrar buenas y apetitosas propuestas tanto en carnes y pescados como verduras y ensaladas. Asimismo, disponen de carta con una selección de platos para los más pequeños.
Destacar, por último, el esmeradísimo servicio de los camareros de El Paseo, siempre atentos y especialmente diligentes, que contribuye sobremanera a hacer de lo más agradable la experiencia en el local. Y, ¿por qué no decirlo? Igualmente destacable es el estado de higiene y mantenimiento en la zona de aseos, algo no tan habitual, por desgracia las menos de las veces, cuando nos encontramos en establecimientos concurridos como éste.
¿Y después de comer? Pues nada mejor que bajar la comida acercándonos a la lonja del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, de la que apenas nos separaba un paseo agradable, con ligera cuesta ascendente, de apenas unos minutos desde la puerta del Restaurante El Paseo. ¡Una experiencia para repetir!